Optimiza la estructura de costos de tu empresa y genera mayor rentabilidad
3 Julio 2019
Todos los días escuchamos en medios de comunicación sobre la necesidad de que las empresas generen mayor rentabilidad, pero poco se ahonda en cómo hacerlo. Hay muchos caminos, algunos con resultados quizá más inmediatos, pero menos sostenibles a largo plazo.
Hoy te vamos a hablar de una opción sencilla, pero duradera. Una serie de análisis y decisiones acertadas de optimización de costos, por ejemplo, en lo que se refiere a los costos laborales relacionados con los impuestos, puede hacer mucho más competitiva a tu empresa.
Al reducir los gastos innecesarios y maximizar la eficiencia en el uso de los recursos, tu empresa puede ofrecer precios más competitivos, lo que la hace más atractiva para los clientes y le permite ganar cuota de mercado. Así puedes reinvertir, crecer y enfrentar las incertidumbres económicas.
Una estructura de costos optimizada proporciona a la empresa una mayor flexibilidad financiera. Al tener más margen de beneficio, la empresa puede destinar recursos a actividades como investigación y desarrollo, marketing, expansión o diversifica.
Pero para gozar de esa realidad, tienes primero que comprender algunos conceptos. Al final, te daremos algunos tips para que avances en tu proceso. ¡Sigue con nosotros!
¿Cómo se determina la estructura de costos?
La estructura de costos de una compañía es la composición y distribución de los diferentes costos en los que incurre para llevar a cabo sus operaciones y producir bienes o servicios. Se trata de un desglose detallado de los gastos y costos asociados a las actividades de esa compañía.
Como ves, no es tan complejo. Nadie sabe mejor que tu y tu equipo qué es lo que necesita tu empresa para cumplir cabalmente con la oferta de servicios y productos que promete.
La estructura de costos permite entender cómo se distribuyen y clasifican los costos en la compañía, tanto en términos absolutos como en relación con los ingresos generados. Esto proporciona información clave para la toma de decisiones y la gestión financiera de la empresa.
Por supuesto, realizar este cálculo dependerá de cada compañía, pero te dejamos algunas claves para determinar esa estructura de forma juiciosa y organizada.
Identificar y clasificar los costos
El primer paso es identificar todos los costos relacionados con la empresa. Estos se dividen en dos categorías principales (costos fijos y variables). A esto volveremos más adelante, ¡no te afanes!
Asignar los costos a los productos o servicios
Una vez identificados los costos, es necesario asignarlos a los productos o servicios específicos. Esto permite distribuirlos y determinar el costo unitario de cada producto o servicio.
Analizar los costos por categoría
Aquí debes realizar un análisis detallado de los costos por categoría. Esto implica identificar cuáles son sus principales componentes y evaluar su impacto en la estructura global de la empresa.
Identificar oportunidades de reducción de costos
Todo lo anterior te sirve para identificar áreas donde se pueden reducir los costos sin comprometer la calidad o el desempeño de la empresa. Esto puede implicar renegociar contratos, mejorar procesos, buscar proveedores más económicos o implementar nueva tecnología.
Realizar un seguimiento continuo
La determinación de la estructura de costos no es un proceso estático. Es importante realizar un seguimiento continuo y actualizar la información a medida que la empresa evoluciona. Esto permite identificar cambios en los costos y tomar medidas correctivas en caso de desviaciones.
Una empresa con una estructura de costos optimizada está mejor preparada para hacer frente a crisis económicas. Al tener una base de costos sólida y eficiente, la compañía puede adaptarse más rápidamente a cambios en la demanda, ajustar su producción y operaciones, y tomar decisiones estratégicas acertadas para superar dificultades.
¿Cómo se clasifica la estructura de costos?
La estructura de costos puede variar según la industria, el tamaño de la empresa, su modelo de negocio y otros factores específicos.
Pero, sin importar eso, hay una clasificación vigente para todos:
Costos fijos y costos variables
Esta clasificación se basa en la variabilidad de los costos en relación con el nivel de producción o actividad de una empresa. Los costos fijos son aquellos que no varían con los cambios en el nivel de producción, como el alquiler de instalaciones o los salarios del personal administrativo.
Los costos variables, por otro lado, fluctúan en función del nivel de producción, como el costo de los materiales o los salarios del personal de producción.
Costos directos y costos indirectos
Esta clasificación se basa en la facilidad de asignar los costos a un producto o actividad específica. Los costos directos son aquellos que pueden identificarse y asignarse directamente a un producto o actividad en particular, como el costo de los materiales utilizados en la fabricación de un producto.
Los costos indirectos son aquellos que no se pueden rastrear directamente a un producto específico y se asignan mediante métodos de distribución, como los costos generales de la fábrica o los costos de administración.
Costos de producción y costos no relacionados con la producción
Aquí se incluyen todos los costos necesarios para fabricar un producto, como el valor de los materiales, la mano de obra directa y los costos indirectos de fabricación.
Costos variables en el corto plazo y costos a largo plazo
Los costos variables en el corto plazo son aquellos que tienen posibilidad de variar como los materiales o la mano de obra. Los costos a largo plazo, por el contrario, pueden ajustarse a lo largo de un período de tiempo más largo, como la inversión en equipos o la expansión de instalaciones.
Tips para optimizar tu estructura de costos
Recuerda que cada negocio es único, por lo que es importante adaptar estos consejos a tus circunstancias y necesidades específicas. Lo que no puedes olvidar es que la optimización de costos debe equilibrarse con la calidad y la eficacia operativa para garantizar la sostenibilidad.
Hay herramientas y aliados que te pueden ayudar. Pluxee, por ejemplo, es una solución tecnológica cuyo propósito es gestionar y optimizar los costos laborales de manera eficiente. ¿Cómo lo hace? Es sencillo:
Pluxee automatiza tareas administrativas relacionadas con la gestión de nóminas y recursos humanos, lo que ahorra tiempo y reduce errores en los cálculos, generación de reportes y cumplimiento de obligaciones.
Pero no solo eso, Pluxee también proporciona herramientas y análisis que permiten a las empresas monitorear y controlar sus costos.
Esto último incluye la visualización de indicadores clave como costos promedio por empleado, fluctuaciones en la planilla, costos asociados con los beneficios y otros componentes de la remuneración. Al contar con esta información en tiempo real, las empresas pueden identificar oportunidades de ahorro y tomar decisiones informadas.
Lo más valioso de Pluxee es que no solo favorece a la compañía en sus indicadores económicos, sino también a los colaboradores. Pluxee facilita la administración de beneficios implementados como ingreso no salarial como vales de comida, planes de salud, educación y muchos más. ¡Puedes ahorrar un 35% neto, haciendo feliz a tus colaboradores!
Al gestionar estos beneficios de manera eficiente, se simplifica la carga administrativa y se optimiza el uso de recursos, lo que puede contribuir a reducir los costos laborales asociados con dichos beneficios.
Junto a la elección de aliados como Pluxee puedes además implementar otra serie de tips que te ayudarán. ¡Aquí van!
Decídete por el trabajo remoto
El trabajo remoto puede ser una estrategia efectiva para optimizar los gastos en una empresa al reducir los costos relacionados con el espacio físico (y el consumo de servicios como agua o electricidad), la infraestructura y los desplazamientos, entre otros.
Además, permite contratar talento sin restricciones geográficas, lo que brinda la oportunidad de acceder a una base más amplia de profesionales calificados. Sin embargo, es importante saber que el trabajo remoto también puede implicar desafíos como la inversión en tecnología para facilitar la colaboración remota, mantener la seguridad de los datos y mantener una comunicación efectiva.
Renegocia con proveedores
Revisa los contratos con tus proveedores y comprende los términos y condiciones existentes, identificando los aspectos que podrían ser objeto de renegociación como los precios, plazos de entrega, o algún tipo de descuento por volumen u otros aspectos contractuales.
Recuerda que la renegociación con proveedores es un proceso que requiere tiempo, paciencia y habilidades de negociación efectivas. Investiga y compara precios y condiciones ofrecidos por otros proveedores en el mercado. Esto te proporcionará información valiosa para negociar.
Invierte en tecnología
Podrías considerar la automatización de procesos manuales, la implementación de herramientas de gestión eficientes o el uso de software especializado para mejorar la productividad. ¡Hay muchas opciones! Hay objetivos como la reducción de costos de mano de obra, la mejora de la eficiencia operativa y la optimización de inventario que puedes lograr con una inversión en tecnología.
Recuerda que la inversión en tecnología debe ser estratégica y alineada con tus objetivos. Evalúa el retorno de la inversión y considera tanto los costos iniciales como los beneficios a largo plazo.
Prefiere el arrendamiento financiero
Con esta estrategia, conocida también como leasing, evitas realizar una inversión inicial significativa para adquirir activos fijos. En lugar de desembolsar una suma de dinero, puedes conservar tu capital para otros fines, como el crecimiento del negocio o la inversión.
Recuerda que cada situación es única, y es importante analizar cuidadosamente los beneficios y consideraciones del arrendamiento financiero en relación con tu negocio específico. Consultar con un asesor financiero o experto en leasing puede ser útil para tomar una decisión informada.
¡No olvides consultarnos si tienes más dudas!